10 habilidades del mediador familiar
Buenos días a todos.
La figura del mediador de conflictos en nuestro país resulta cada vez más conocida, aunque aún podemos encontrarnos con personas que no saben exactamente cuál es la función de este profesional encargado de la gestión de los conflictos o lo confunden con otras figuras como los jueces o los árbitros.
En artículos anteriores he tratado de acercar las ventajas que tiene acudir a un profesional de la Mediación, cuando nos encontramos ante un conflicto con otra personas, y no sabemos muy bien cómo podemos llegar a una solución eficaz.
Pero en este post vamos a analizar una a una, las habilidades del mediador familiar que considero más importantes en su desarrollo profesional. Así que, ¡Empezamos!
Si crees que falta alguna, no dudes en compartir tu opinión!
[toc]
Disciplinado:
El mediador de conflictos debe ser un profesional serio y disciplinado.
La preparación resulta esencial en todas las facetas de nuestra vida, pero adquiere una especial relevancia si se trata de lidiar con conflictos tan sensibles como los que pueden tratarse en un proceso de Mediación familiar, ya que hay mucho en juego
La preparación del Mediador tiene que ser completa, y para ello, debe tener en cuenta los siguientes aspectos;
a) El autoconocimiento y preparación de uno mismo para las sesiones:
Por ejemplo es recomendable conocer las horas o los días de la semana en los que rendimos mejor para adaptar el horario de las sesiones, saber qué temas pueden llegar a afectar nuestra imparcialidad o agotar nuestra paciencia o también conocer cómo actuamos en situaciones difíciles, pueden servirnos para preparar mejor nuestra labor en un proceso de Mediación.
Todos estos detalles personales que he nombrado a modo de ejemplo, pueden ayudar mucho al mediador familiar a gestionar el proceso, anticiparse a situaciones comprometidas o simplemente a saber cuando debemos pedir ayuda de compañeros en el momento adecuado para encarar mejor la mediación.
b) La preparación del entorno;
En este sentido cobra importancia tener especial cuidado con los detalles, como por ejemplo, la disposición de las sillas, la luz de la sala, ofrecer agua, pañuelos o diferentes gestos, que por sencillos que puedan parecer, ayudan mucho al mediador a crear un entorno acogedor y a ganarse la confianza de las partes.
c) Preparación del proceso y de las sesiones;
El mediador en este caso tendrá que hacer un estudio sobre algunos términos como pueden ser los temas a tratar, el modo de encarar las sesiones, dinámicas que se van a utilizar o intuir los temas que pueden echar por tierra todo el trabajo adelantado.
[bctt tweet=»Sin duda, la preparación de las sesiones por parte del mediador familiar, es un requisito imprescindible para prever en cierta medida el desarrollo del proceso y saber anticiparse con mayores garantías a situaciones complicadas.» username=»MarcoManzanoP»]
Observador:
El Mediador familiar debe ser un profesional muy observador.
Tiene que estar alerta, observar hasta el más mínimo detalle con el fin recoger toda la información posible de las sesiones y aprovecharla para el buen funcionamiento del proceso.
Desde el momento en el que las partes entran por la puerta, el mediador deberá activar sus cinco sentidos y estar atento a todo para saber cómo se sienten las partes cuando inician la mediación, cómo actúan, qué dicen y cómo lo dicen.
Gestos, miradas, sonidos o silencios. Pequeños detalles que en nuestro día a día pueden pasar desapercibidos, pero en los que el mediador familiar deberá realizar un esfuerzo extra para recogerlos todos y exprimirlos al máximo, ya que pueden aportar muchísima información de valor.
En la sesión informativa resulta imprescindible la observación del mediador, al tratarse de una fase inicial donde las partes se muestran más nerviosas y más reacias a expresar sus sentimientos, deseos y necesidades.
Con toda esta información que va acumulando el mediador familiar, podrá ir diseñando un pequeño esquema de actuación para trabajar de forma más eficiente.
Cercano:
La cercanía de los mediadores debe ser una máxima en el desarrollo de la profesión. La mediación se presenta como un campo completamente distinto y alejado de la vía judicial a la hora de resolver los conflictos, como indicaba en este interesante artículo. (6 razones para elegir la Mediación y evitar los Juicios).
Los juzgados nos evocan cierto nerviosismo, incertidumbre, incluso miedo. En cambio, con la Mediación, tratamos de transmitir a las partes que pueden gestionar sus disputas de una forma sencilla y práctica, donde ellos tendrán el control.
Para transmitir estos principios, el mediador familiar deberá mostrarse accesible y cercano, poniéndose en el lugar de las partes y mostrando su disposición a colaborar y a resolver todas las dudas de un proceso, que para la mayoría de personas, va a ser la primera vez que se enfrenten a algo parecido.
Además, al tratarse de un ámbito tan delicado como las disputas familiares, la amabilidad y el positivismo que desprenden los mediadores, pueden ayudar a las partes a sentirse más a gusto y crear una atmósfera de tranquilidad.
Un trato amable y amistoso, siempre es sinónimo de buen profesional, pero en el papel del mediador de conflictos adquiere una relevancia aún mayor, ya que uno de sus objetivos principales será la de ir ganando poco a poco la confianza de las partes, para que vayan abriéndose y tomando el papel de protagonismo que deben adquirir.
Ingenioso:
El ingenio del mediador familiar es un arma potentísima para saber en cada momento qué necesitan realmente las partes.
Uno de los detalles que valoro mucho en los buenos mediadores es dar con la dinámica idónea que pueda ayudar a avanzar a las partes hacia el acuerdo o también encontrar la pregunta adecuada que logre descongestionar una situación de estancamiento.
Durante el trascurso de las sesiones, los mediadores van a encontrarse situaciones sorprendentes, reacciones que no se esperan y momentos donde la tensión se puede adueñar de la situación.
Encontrar en estos momentos de bloqueo, una salida adecuada para reconducir el proceso y que siga fluyendo, es una de las habilidades del mediador familiar que deben manejar con mayor pericia.
Buen comunicador:
Los mediadores saben de la importancia que tiene la comunicación en las relaciones sociales y por ello, son especialistas en facilitar la comunicación entre las partes que tienen un conflicto, sabiendo que gran parte de ellos se origina por una comunicación ineficiente.
El poder que tiene una efectiva comunicación para la gestión de los conflictos, es el punto básico en el que se va a centrar el mediador familiar para empezar a construir el acuerdo.
Uno de sus grandes aliados, será la escucha activa, una herramienta que el mediador familiar debe manejar a la perfección y que también incentivará en las partes para que exista un diálogo efectivo.
Otras técnicas más avanzadas y de gran valor para el mediador familiar pueden ser algunas como la programación neurolingüística o PNL, que puedes consultar en el siguiente vídeo:
Paciente:
Una de las habilidades del mediador familiar que considero imprescindibles es la paciencia.
Aprender a escuchar con los cinco sentidos, sin prisa, sin mirar el reloj y poniendo interés en lo que nos están contando es esencial.
Dar tiempo a las partes para que vayan encontrando su sitio en la mediación resulta imprescindible para que vayan ganando esa confianza necesaria y saquen todas las cosas importantes que llevan dentro.
Ser paciente durante las sesiones otorgará a las partes esa seguridad para que puedan ir dándose cuenta de todo lo que implica su conflicto y se vean capaces de asumir el compromiso necesario para manejar la experiencia de autogestión que están llevando a cabo.
[bctt tweet=»Las prisas son malas consejeras y pueden hacer al mediador perder la neutralidad en el asunto, la calma y la perspectiva de un proceso donde las partes son las protagonistas reales de su conflicto y cada persona necesita su tiempo.» username=»MarcoManzanoP»]
Flexible:
La flexibilidad de la mediación es una de las ventajas más importantes que ofrece esta vía de resolver los conflictos.
El mediador deberá aprovechar esta flexibilidad al máximo con el objetivo de facilitar la vida de los mediados, gestionando un proceso lo más sencillo, práctico y adaptado a los intereses y necesidades de las partes.
Adaptar los horarios de las sesiones, la duración, ofrecer la posibilidad de realizar un proceso de mediación electrónica cuando existen problemas de desplazamiento o simplemente realizar una sesión de mediación tomando un café en una terraza, son simples detalles que puede tener en cuenta el mediador para realizar una mediación por y para las partes.
Empático:
La empatía resulta bajo mi punto de vista otra de las habilidades esenciales para el mediador familiar y sin duda, una de las más admiradas en las personas, al margen de los procesos de mediación, ya que favorece mucho a la hora de establecer relaciones con los demás.
Una habilidad cognitiva que tiene cada persona para comprender el universo emocional de otra y que trasladándolo al profesional de la mediación deberá ser una figura capaz de comprender en cada momento y en cada fase del proceso, lo que están sintiendo las partes, qué tienen dentro y cómo pueden soltarlo de la mejor manera para que la mediación pueda ir avanzando.
Empatizar con las partes, no quiere decir que estemos de acuerdo con lo que está diciendo, sino intentar ponerse en sus zapatos, escuchar sin juzgar ni hacer valoraciones, para lograr comprender con todo lujo de detalles su posición, qué le ha hecho llegar a esa postura y sus razonamientos más importantes.
¿Quieres saber más sobre la empatía en los procesos de Mediación? Revisa este interesante artículo sobre Mediación y empatía del blog Amediar.
Asertivo:
La asertividad es otra de las habilidades del mediador familiar que va a radicar en la necesidad de ser claros, francos y directos, diciendo lo que se quiere decir, sin herir los sentimientos de las partes, ni menospreciar su valía.
Durante el trascurso de la mediación, en algunas ocasiones el mediador familiar deberá reconducir la situación si cree que puede estar perdiendo el control, cuando por ejemplo no se respetan los turnos de palabra, existen faltas de respeto o no se tienen en cuenta las normas básicas de la Mediación.
Cuando aparecen momentos de tensión, disputa o miedo, el mediador deberá mantener la calma y el equilibrio mental, marcar de nuevo las bases para seguir adecuadamente con el proceso y mandar un mensaje claro y amistoso, pero contundente.
Incansable:
Bajo mi punto de vista, los mediadores son unos soñadores.
Pienso esto, porque aún en las situaciones más enrevesadas y conflictivas, en aquellas situaciones en las que nadie apuesta por el acuerdo, ni siquiera las partes implicadas, estos profesionales van a dar el máximo y a apostar por esa pequeña posibilidad de encontrar el consenso.
En lugar de poner excusas, se ponen manos a la obra, para que poco a poco se vayan obteniendo pequeños logros, vaya mejorando la confianza y la relación entre las partes y estas puedan empezar a ver las cosas desde un prisma de colaboración, en lugar de confrontarse.
Además, los profesionales de la Mediación están convencidos que este proceso puede aportar muchísimo valor incluso en procesos en los que resulta imposible alcanzar un acuerdo, ya que mejora la comunicación, se potencia la escucha de las partes, y solamente el paso de haber iniciado este proceso, ya es admirable.
Esto se debe a que las partes toman las riendas de su conflicto y hacen un esfuerzo para alcanzar la mejor solución posible, sin dejar que un tercero decida por ellos. En ámbitos donde los sentimientos suelen tomar las riendas y los conflictos surgen con mayor facilidad como en las familias o los problemas en las empresas familiares. Os dejo un link con más información sobre este tema ¡No te lo pierdas!
Incansables es la mejor palabra para definir a estos profesionales, que en estos primeros años de recorrido de la Mediación en nuestro país, son miles los mediadores que emplean esfuerzos, tiempo y dinero, realizando procesos de mediación gratuitos, poniendo en marcha proyectos admirables, celebrando jornadas y eventos con el único objetivo de que la Mediación se vaya abriendo paso en nuestra sociedad, trabajar por lo que desean y esta forma de resolver nuestros conflictos alcance el lugar que le corresponde.
¡Ánimo a todos ellos!
Con esto finalizamos el artículo de hoy, animando a todos a completar esta lista de las habilidades del mediador familiar y despidiéndome hasta el próximo artículo.
¡Un saludo para todos!
Participa con nosotros:
¿Crees que se me olvida alguna de las habilidades del mediador familiar?
¿Cuál opinas que es más relevante para ti?
Marco Antonio Manzano
Mediador Familiar y Abogado.
Habilidades del Mediador Familiar. ¡Las 10 claves para ser buen mediador!
[ninja_form id=3]
Un comentario
Junto a asertivo pondría también persuasivo